Gene Stupnitsky. 2019
Que los niños sean tan niños chiquitos, con intereses de niño chiquito (aún con ese afán de querer ser más que eso), es el mejor antídoto para la avalancha de infantilismo maduro que vemos hoy por todos lados. Pendejos de mierda portándose como si fueran nuestros amigos de 32 años, y encarnando todas nuestras pulsiones nostálgicas como si fueran el mejor porno no-sexual, pero con niñitos incluidos. Suficiente.
Good Boys hace todo lo contrario, lo que sus niñitos traen para nuestra identificación es su vínculo de amistad, repetido, pero bellamente sacado de películas como Superbad. El resto no es identificación, sino nuestra certeza de que ellos son los infantiles, ellos son los ingenuos, ellos ignoran cosas, como el bello púbico que se le mete en la boca a uno después de besar a una muñeca sexual (que para ellos sirve para hacer RCP).
Si queremos ser malos, podemos decir que la película nos da como público el lugar del merquero profesor de música, que al finalizar su acto de fin de año con los niñitos tomando merca y cantando exclama "esta es mi obra maestra" para luego darse un pase. En parte es cierto, pero también esa obra es la culminación de todo lo que vimos. La película de los niñitos estando sistemáticamente expuestos a elementos "adultos" no se impone como una supuesta subversión. Nada más lejos. La película, con su acto al final nos dice que esto es una película. Que ese nene dándose el pase merca (tal vez un gran homenaje a la obra que se hizo viral de los niños representando el final de Scarface), no lo hizo de verdad. Que está a salvo, y que las representaciones nos hacen bien. Y le hace bien a los pendejitos de ahora ver historias como esta, donde se portan como niños y no como una manga de figuritas idealizadas de épocas que no les pertenecen.
Dirán que la pelicula es para adultos, pero un póster que dice R Rated tan grande en el centro es la confirmación de lo contrario. Good Boys es una película que se opone a que el publico mire los productos que le diseñan, y a favor de que miremos lo que no nos corresponde.
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