Takeshi Kitano, 2023
El Kitano comediante es el mejor Kitano, esto seguramente se deba a que su sentido del humor puede escaparse y aterrizar en cualquier otro lugar, en este caso en la épica histórica. Acá el humor es literalmente poderoso: conquista territorios y usurpa tronos. Quienes triunfan lo hacen sobre pilas de cadáveres y cabezas cortadas, pero en base a decisiones propias del reino del disparate. El costado histórico sobre el ascenso al poder de Hashiba Hideyoshi parece tener un sólo foco realmente importante y es su condición de campesino. Kitano hace otro papel chabacano, por momentos reencarna al Otomo yakuza de su anterior trilogía y arma una banda de forajidos y oportunistas. Su territorio es el del chiste y la deformación absurda del protocolo, propia de un hombre que llegó a convertirse en señor feudal sin saber leer. El damyo lo llama mono o simio, un sujeto insignificante dentro de las disputas de dormitorio de su casta, pero sabremos luego que la verdadera rebelión es analfabeta, se puede jugar al hara-kiri como si fueran las escondidas y patear cabezas cortadas como si fueran pelotas de fútbol. Los rituales no dejan de estar, pero a la hora de salir a buscar la dimensión más directa, material y laica del poder, se vuelven iguales a las muecas de un bufón. Tal vez el mejor Kitano sea el Kitano comediante por ser este su versión mas política, al hacer pertinente preguntarnos si la tragedia de un reinado es la burla del siguiente.