jueves, 22 de septiembre de 2016
Curtis Hanson (1945-2016)
Como cuando termina una película que estuvo buena y uno quiere aplaudir sólo por eso (como si fuera poco). Un aplauso para la mano en la sombra de Curtis Hanson. Por ahí, si se lo pedimos, nos hace una reverencia. Un homenaje en 3 partes:
8 mile (2002)
En el segundo 0:54 de este video de youtube de la escena final de 8 Mile, Rabbit (Eminem) hace una ligera pero perfecta transformación en la cara.
Primero mira a su oponente con odio, y mientras la música ya corre, racionaliza, arma las rimas, construye en su cabeza la idea de lo que va a rapear. Es una estrategia, al dar vuelta el discurso del oponente y asumirse como white trash lo dejará sin argumentos. Pero la clave, de todas maneras está en el instante de la transformación. En la película, luego de un corte, donde ya luego lo vemos encuadrado con la audiencia esperando en el fondo, su cara se transforma y se convierte en una de disfrute. No hay manera de que esa batalla rapeada funcione si no se la disfruta, si no se hace de ella una experiencia estética. Por eso, algo que racionalmente sería una pérdida de valiosos segundos, Rabbit incita a su audiencia a levantar los brazos, a agitar. El odio pasa a un segundo lugar, y la descarga, el ataque, ahora va a tener un ritmo. Necesita hacerlos entrar a todos, tenerlos (y tenernos) de cómplices. Sin eso, sólo serían insultos.
Uno no suele identificar la mano de Curtis Hanson en sus películas porque está en instantes como ese, que en el fondo, hablan de todo, en el control de un mundo hasta en sus puntos más cruciales sin pedirle a nadie que lo mire.
The River Wild (1994)
Durante la secuencia de créditos de Rio Salvaje (The River Wild, 1994) vemos a Gail (Meryl Streep) entrenando con su bote en el rio. De a poco, el paisaje que la rodea comienza a ser cada vez más urbano. La música de Jerry Goldsmith es una variación de un salmo que siempre fue vinculado a la idea de madre naturaleza, pero de eso (y de que es también similar al tema principal de Rio sin retorno de Preminger) no tenemos por qué darnos cuenta. El giro repentino que hace Goldsmith en el momento en el que ella escucha al tren aproximarse sobre el puente convierte a ese himno a la naturaleza en una escalada de tensión dramática. De esta manera se genera una presentación de personaje perfecta. Gail se propone un objetivo casi imposible y lo ejecuta. La puesta en escena nos da a entender perfectamente que ella quiere pasar por debajo del puente antes que el tren. La placidez de la naturaleza es reemplazada por movimiento mecánico y acciones. Ella será la madre que reme por toda la familia, la portadora de una fuerza que su marido perdió, probablemente en la oficina de su empresa. Que lo que cruce sea un tren y también un puente nos habla de una mujer que con la fuerza de sus brazos puede sobrellevar a todo ese simbolo de la modernidad.
Esto es sólo una breve introducción, son los créditos de la película, pero ya se nos contó en dos breves minutos todo el arco dramático de un personaje que integrará esas posibilidades y limitaciones a todo el despliegue de conflicto que se entrama en la película. Seguramente eso es lo que hace que en algunas buenas películas sintamos que conocemos a los personajes.
Wonder Boys (2000)
Una de las escenas más logradas de todo Curtis Hanson está al final de Wonder Boys (2000). En el auditorio de la universidad de letras se anuncian a los profesores y alumnos que han logrado que les editen libros. Con dos o tres elementos puestos donde deben estar no sólo se termina de ordenar la película sino toda una idea de mundo: para hacer aparecer las cosas que son verdaderamente brillantes siempre, en secreto, se mantiene una fachada.
Un primer anuncio, una profesora X logró editar un libro infantil. Hasta donde entendemos es una buena salida laboral, un tipo de anuncio que ahí seguramente debe hacerse al menos una vez por mes. Luego tenemos 2 pares de elementos que lo organizan todo. Primero, la novela de James Leer (Tobey Maguire), The Love Parade, y el libro (claramente de mierda) de Gaskell (el jefe del departamento de letras y autoanunciado), que hasta donde sabemos es un estudio sociológico retro-fetichista y museístico sobre la pareja Marilyn Monroe-Joe Dimaggio. Ambos libros son editados por Crabtree (Robert Downey Jr.), el editor de Tripp (Michael Douglas), que al igual que su compañero escritor, es alguien que claramente sabe leer y, maravillosamente mostrado también en otras escenas, sabe editar. Ahora la pregunta sería, ¿qué es editar? Crabtree salva las papas del conflicto editándole a Gaskell su libro de mierda, que seguramente será muy bien vendido, y de paso, así parece, edita la brillante novela de Leer. Como si este personaje fuera un filtro, Crabtree deja pasar dos obras. Elige.
El otro par de elementos en juego son las dos formas muy distintas de hacer una misma reverencia. La primera reverencia es pública, James Leer lo ha logrado y Tripp, en un hermoso acto de reconocimiento, casi que lo obliga a hacerla. Se trata de la cordialidad de un homenajeado y el ya necesario reconocimiento del propio genio, de que el pibe admita que es un genio ante el aplauso de la audiencia. James acata la orden de su maestro y hace el gesto. Es el momento más brillante de toda la película. Seguido a eso, con el anuncio del libro de Gaskell, entendemos todo lo que hay por debajo (o quizás por encima), y llega la segunda reverencia que, contrario a la anterior, es secreta. Tripp se la hace a Crabtree (mientras todos aplauden al segundo libro), quien clara y trágicamente entendió lo que tenía que hacer desde su lugar. Es otro tipo de reverencia, más bien un agache de cabeza, es el reconocimiento del genio de otro, y de una lógica que está en las sombras, y a la que sólo unos pocos pueden acceder. En este caso ellos y, por ver la película, también nosotros.
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