miércoles, 28 de septiembre de 2022

Red Rock West

John Dahl, 1993

De Dahl había visto solamente The Last Seduction, donde también se nota la referencia directa al noir. En estos casos, y en Red Rock West en particular, la cita abusa mucho del estilo y caracterización, a veces por sobre todas las cosas. Hay formas de hablar que hasta suenan forzadas, como siempre buscando emplazarse en el código. No es demasiado molesto, pero es lo que las separa de otros policiales de los 90 que tranquilamente pueden ser mejores sin tanta alusión figurativa al género. Menos persianas, por decirlo de alguna manera. Pero Red Rock West no deja de funcionar y además se le cuela algo de western. El pueblito en cuestión tiene su sheriff, su territorio acotado, todo un micromundo. Incluso hay ideas interesantes con los carteles de entrada y salida en la ruta. Es por momentos la historia de un tipo que llega a este lugar y todos sus destinos le apuntan a volver, aún necesitando huir.

Dennis Hopper hace de su icónico Frank en la Blue Velvet de Lynch y hasta tiene una escena medio copiada, donde se le permite gozar desquiciado en un auto derrapando a toda velocidad al lado de un tren en marcha. Nicolas Cage también podría decirse que está lo más parecido a sí mismo que se puede, aún tratando de hacer de una especie de Robert Mitchum. Es que la película busca y de alguna manera logra encontrar esa tipología clásica, de mujer fatal, de hombre caído o de un crimen con consecuencias trágicas, pero a su vez, si uno desmenuza la trama, también se sostiene en sus reveces argumentales. Tiene como cuatro o cinco giros sorpresivos de trama, quizás demasiados para una sola película. También varían los personajes, pasan de ser buenos a malos y viceversa en segundos. En eso hay una cuota de irreverencia, pensando justamente en una película cuyo referente final podría ser más un Blood Simple de los hermanos Coen que alguna película de Jacques Tourneur. Ese factor Coen se siente cuando cuesta encontrar gente que no sea un desastre moral, al menos Cage conserva una cierta lógica, aún en sus momentos más nihilistas.

De todas maneras siempre es agradable el universo sensible que arma este tipo de películas, en este caso traen a la estrella de country Dwight Yoakam y lo ponen a interpretar a un camionero bastante pintoresco. Él mismo es el responsable de la canción de los créditos finales, donde se termina de sentir esa mezcla entre el western, el policial y por qué no, ya que citar es gratis, de road movie.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario